La ingeniería agroindustrial en la inocuidad alimentaria

¿Sabías que cada año 600 millones de personas en el mundo se enferman por consumir alimentos contaminados y que 420 mil mueren por esta causa? Según la Organización Mundial de la Salud, los alimentos no inocuos representan una amenaza silenciosa para la salud pública, especialmente para los niños menores de 5 años, quienes representan el 40 % de la carga de enfermedades transmitidas por alimentos.

En el presente contexto, la inocuidad alimentaria constituye un pilar esencial para la protección de la salud pública, la consolidación de la competitividad económica y la inserción de los productos agroindustriales en mercados internacionales. El Codex Alimentarius define a la inocuidad como “la garantía de que los alimentos no causarán daño al consumidor cuando se preparen y/o consuman de acuerdo con el uso a que se destinan; su aseguramiento no solo salva vidas, sino que también incrementa la confianza de los compradores y facilita el acceso a cadenas comerciales más exigentes.

La Ingeniería Agroindustrial desempeña un papel central para abordar este desafío. Los profesionales formados en esta disciplina adquieren competencias para diseñar, implementar y supervisar procesos que aseguren la calidad e inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo. Su labor incluye la aplicación de tecnologías innovadoras, la gestión de la trazabilidad y el análisis de riesgos, así como el cumplimiento de las normativas sanitarias y la promoción de la mejora continua en los sistemas agroalimentarios.

La planificación estratégica nacional reconoce esta prioridad. El Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050 incluye entre sus acciones estratégicas (AE 3.3.6) “elevar los niveles de inocuidad de los alimentos agropecuarios de producción y procesamiento, dentro de la cadena agroalimentaria, en base a una eficaz gestión sanitaria”. De modo complementario, la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (POLCTI) advierte que el cambio climático incrementará los riesgos para la inocuidad alimentaria, lo que demanda profesionales altamente capacitados capaces de generar respuestas científicas y tecnológicas adaptativas.

La conmemoración del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, cada 7 de junio, recuerda la importancia de prevenir, detectar y gestionar los riesgos alimentarios mediante intervenciones coordinadas y basadas en evidencia. En este sentido, la formación de ingenieros agroindustriales orientados a la inocuidad representa una inversión estratégica para el país: permite proteger la salud de la población, mejorar la resiliencia de los sistemas productivos y consolidar la inserción competitiva en mercados exigentes.

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