¿Cómo empezar a contar una historia? De esas que lleguen a conectar nuestro intencional mensaje con los feelings de un apasionado receptor, en estos tiempos adversos, con movidas políticas y de entornos VUCA ( volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad). Sigue leyendo esta nota para enterarte.
¿Cómo lograr conectar con nuestro equipo, colegas o con la familia? Enlazar con las personas es una acción profunda y bastante difícil de lograr, pero gracias al storytelling (el arte de contar una historia) puedes lograrlo.
Hace poco escuchaba a Ana contarme su primer verano en nuestro país. Ella, su esposo y sus dos niños disfrutaban de un día de playa, eligieron una del sur de Lima, y la verdad estaban todos muy entusiasmados de aprovechar aquellos rayos de sol. Pero cuál sería la sorpresa de Ana y más aún la de sus hijos, cuando sintieron las frías aguas de nuestro mar. Sus niños la miraron asombrados, tiritando y enseguida retrocedieron, dejando a sus padres solos para enfrentarse a ese inmenso mar. Ana fue tras ellos y les dijo: “estamos cambiando nuestro cálido y apacible mar Caribe por uno nuevo y diferente, que aprenderemos a disfrutarlo”.
Y así fue, han pasado cinco años y Ana y su familia cada verano se sumergen en estas frías y movidas aguas, que los hacen sentirse, según Ana, “más despiertos y vivos que nunca”, prestos a seguir avanzando y agradecidos del cambio que están procesando.
La historia de Ana es un claro ejemplo de las personas que no se dejan abatir por las adversidades, que buscamos fuera de nuestra zona de confort oportunidades, y que hacemos de las amenazas puertas de inicio a la reinvención.
Ana es una de las tantas profesionales, emprendedores y líderes, en diferentes ámbitos que se cuestionan en estos últimos meses: ¿De qué manera motivar a su equipo comercial, a su familia o a sus pares? ¿A través de un discurso, un mensaje o tal vez un e-mail?
A fin de encontrar respuestas, Ana buscó contenidos que abundan en redes e incluso cayó en webinars de oratoria y demás, pero nada le servía: escribía, borraba y descartaba lo que colocaba en aquella hoja en blanco de Word. Cuando lo leía, sentía que eran palabras vacías, diciendo el típico “si se puede”, “todos juntos”, “avancemos”, pero no lograba encontrar esa chispa que genere engagement con su receptor.
“Hasta que llegó un día, porque siempre llega ese día” (frase típica de François Vallaeys), y Ana buscó en su interior, tratando de conectar con sus vivencias, con sus recuerdos que más la marcaron; siendo así que salió a la luz la historia de ella, su familia y dos mares. Encontró el inicio de su mensaje, de su historia, donde el personaje es ella, donde comparte su vulnerabilidad, que la hace más humana y cercana a su equipo, con quienes día a día trata de sacar adelante a su empresa de contenidos, streamming y manejo de plataformas digitales.
El gran secreto de las historias está en nosotros mismos, en interiorizar y armonizar con lo que se quiere comunicar, con quienes queremos conectar. No hay patrones, solo emociones y personajes que necesitan despertar de ese viaje interior, luchando contra sus propios miedos y/o demonios, pero saliendo airosos para poder recomenzar.
*Este post es una colaboración de Mercy Evelyn Angulo Cortejana, docente de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte.
Etiquetas:
y nos
pondremos en contacto
para brindarte