Coaching: potenciando la educación

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Los métodos de enseñanza van transformándose vertiginosamente en el tiempo y por ello nos vemos obligados a renovar nuestra función como docentes. Debemos por tal motivo adquirir conocimientos y destrezas tanto personales, sociales, académicos y tecnológicos para adaptarnos a los cambios, fomentando el desarrollo integral de nuestros estudiantes y a la vez una mayor calidad de vida.

Somos docentes pero debemos dejar de ser personas que transmitimos conocimientos para convertirnos en gestores de la información, dinamizando el aprendizaje. Esta transformación en el paradigma de la educación implica un cambio en la filosofía académica y en la renovación de nuestra metodología. Sin embargo, en el campo de los negocios hay tendencias que pueden trasladarse a las aulas, como el coaching.

Barrientos (2007), en su estudio de investigación final acerca de los factores de éxito del coaching ejecutivo, da a conocer que el auge del coaching apunta al desarrollo de habilidades interpersonales como liderazgo, dirección, asertividad, trabajo en equipo y otras.

El coaching es una metodología de vanguardia que nos brinda estrategias para la mejora de las habilidades de aprendizaje, liderazgo, comunicación, motivación y escucha, y del mismo modo nos lleva a encontrar solución a los conflictos partiendo de la pregunta de cómo se considera, qué es cada alumno o cuál es su propósito en la vida.

Un docente empoderado con las habilidades de coaching puede dinamizar y crear entornos de aprendizaje para acompañar a sus estudiantes en el proceso de cambio y descubrimiento de potenciales que antes no habían identificado. La diferencia con otros métodos es que en este caso los protagonistas son los estudiantes.

En la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte, con la finalidad de demostrar la aplicación del coaching como método para mejorar el rendimiento, se consideró emplearlo en dos escenarios del curso de Enfoques Modernos del Management -en una sesión de aprendizaje utilizando el coaching y en otra sin éste método-, y se pudo apreciar una marcada reacción positiva por parte de los estudiantes, quienes en un 90% expresaron una mejora de su nivel de satisfacción, en tanto que se redujo a cero el nivel de incumplimiento de actividades programadas en clase.

Pérez y otros (s.f.), nos hablan de las cualidades que debemos poseer para ser coaches, la primera de las cuales es contar con habilidades que nos permitan desarrollar nuestra profesión con solvencia. Entre ellas destacan saber escuchar, estar disponibles para nuestros estudiantes cuando lo requieran, ser competentes, tener buen ánimo, una actitud mental positiva y sobre todo una metodología precisa.

En conclusión, un docente coach no busca dar consejos ni soluciones definitivas, sino que es la persona que guía a los estudiantes a encontrar su propio potencial, a utilizar los recursos disponibles y los acompaña a descubrir que pueden ser capaces de alcanzar sus objetivos y toda meta que se tracen.

*Este post es una colaboración de Jeanett Ramos Cavero, docente de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte.

Referencias bibliográficas:

Coaching para docentes ¿Cómo ser un buen docente coach? Carmen Máñez,  Belén Navarro,  Juan Fernando Bou

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