Dos visitas y varias lecciones

Sin duda, estamos viviendo tiempos inciertos. La economía de los países emergentes se enfría o desacelera, panorama poco alentador para nuestros grandes socios comerciales y de inestabilidad económica en nuestros países. ¿Qué hacer al respecto?

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Cuenta la historia sobre un grupo de jóvenes que vivían en una isla pequeña, donde el único deporte que practicaban era la carrera de lancha y platicar historias de los grandes peces que atrapaban.

Amaban ver el fútbol, pero ninguno lo había jugado. Hasta que un día tuvieron la gran idea de formar un equipo.

Los pobladores de la aldea escucharon la idea y pensaron que era ridículo porque no había espacio suficiente para jugar o entrenar (cancha de fútbol) y estaban rodeados por el mar.

Los jóvenes ya habían formado un equipo pero no tenían un espacio para practicar; no obstante, no se desanimaron por este problema y decidieron crear su propio espacio: juntaron pedazos de madera vieja, ataron balsas de pescar y trabajaron después de la escuela para terminar la superficie del juego.

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Después de un arduo trabajo ya contaban con su propia cancha de fútbol, al inicio era inestable, desnivelada y los clavos salían por todas partes. El balón caía en el agua a cada momento; pero así jugaban. Tuvieron que aprender a jugar sobre una superficie húmeda y resbaladiza. La cancha era demasiado pequeña, así que sus habilidades fueron mejorando.

Una mañana uno de los chicos llegó con un volante sobre un torneo (Copa Panga). Ellos no sabían si eran lo suficientemente buenos para participar, pero tomaron la decisión de hacerlo. La villa se dio cuenta del esfuerzo y cooperó para comprar uniformes nuevos, inclusive algunos pobladores acompañaron al equipo para alentarlo.

Los jóvenes llegaron al torneo muy nerviosos. Pero al empezar a jugar se dieron cuenta que eran mejores de lo que pensaban, sus habilidades se habían desarrollado muy bien en la superficie de madera de la cancha y los “golazos” eran más fáciles de lograr que los goles simples. Llegaron hasta la semifinal, donde empezaron mal: llovía mucho, el otro equipo era realmente bueno y los calzados se llenaron de agua, lo que generó problemas. El otro equipo ganaba 2 a 0 hasta el medio tiempo.

Con los ánimos por los suelos, no sabían cómo darle vuelta al marcador. Después de un mal primer tiempo necesitaban hacer algo y decidieron jugar descalzos pues para ellos era más cómodo y estaban acostumbrados: se sentían más ligeros y se movían más rápido. Llegaron a meter 2 goles y empataron, pero un gol de último minuto de los rivales les dio la victoria. Estaban desilusionados, aunque contentos de haber llegado tan lejos. Los pobladores de la villa estaban muy orgullosos de ellos.

Después de eso, el fútbol se convirtió en el pasatiempo número uno en Panyee. Construyeron una nueva cancha, totalmente plana y sin clavos que asomaran.

Esta es la auténtica historia del equipo original de Panyee FC, hoy reconocido como uno de los mejores equipos del sur de Tailandia. Han sido campeones juveniles los años 2004, 2005, 2006, 2008, 2009, 2010.

Esta historia nos lleva a reflexionar sobre varios aspectos. Lo más rescatable, sin embargo, es la capacidad que tuvieron para poder crear su propia cancha donde no había lugar, las condiciones eras desfavorables y la comunidad no los apoyó en un inicio. Aun así se arriesgaron y pudieron construir la cancha donde practicaron y fueron mejores cada día.

Un grupo de estudiantes de UPN (17 estudiantes de la carrera de Administración y Negocios Internacionales) han construido su cancha luego de realizar una visita académica a la Universidad del Pacífico (16 de septiembre) y a la Universidad Andrés Bello (19 al 23 de octubre).

La Universidad Andrés Bello y la Universidad del Pacífico de Chile nos han permitido entender los negocios en este país, su perspectiva económica, el emprendedurismo que los ha llevado a crecer a buen ritmo, las oportunidades de negocios que se pueden hacer conjuntamente en miras a aprovechar el bloque de la Alianza del Pacífico. Estamos muy agradecidos por el recibimiento que nos brindaron, las excelentes conferencias, visitas técnicas empresariales y culturales.

Nuestros estudiantes regresan con otra visión, y esta experiencia internacional los ayudará a seguir formándose para convertirse en excelentes profesionales.

Para finalizar, volvamos a la pregunta del inicio: ¿Qué hacer al respecto? Pues bien, construir nuestra propia cancha.

*Este post es una colaboración de Wesly Balbín Ramos, coordinador de la carrera de Administración y Negocios Internacionales de la Universidad Privada del Norte.

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