El encuentro entre Costa Rica y Holanda, en el mundial Brasil 2014, trajo más de una sorpresa. Louis Van Gaal, entrenador del equipo de fútbol de Holanda, hizo historia al aplicar, en el último minuto de juego, una estrategia que nadie esperaba.
Era el partido pendiente por el pase a la semifinal del torneo mundial, Holanda se enfrentó a Costa Rica, la selección revelación en esta copa. En los 90 minutos de juego, ni el arco de Keylor Navas ni el de Jasper Cillessen dieron pase a los goles, y por ello, se prolongó la angustia de saber qué equipo pasaba a las semifinales. Los “Ticos” defendieron el marcador en el tiempo suplementario, pero no contaban con el haz bajo la manga que tenía la “naranja mecánica” al ver llegar la tanda de penales. Van Gaal cambió al arquero titular Cillenssen por el suplente, Tim Krul.
¿Qué significaba este cambio de último minuto? No era una reacción improvisada, sino todo lo contrario: una jugada maestra emprendida por el DT holandés, mediante el cual obtuvieron una victoria impecable.
“Esto es algo que habíamos pensado por adelantado. Cada jugador en mi selección tiene cualidades especiales. Pensamos que Krul era el más adecuado para una tanda de penales. Es un jugador que puede llegar a todas las esquinas de la portería. Por eso nos preparamos. Krul siempre fue hacia el lado correcto de la portería, así que estoy orgulloso de que esto haya funcionado”, declaró Van Gaal en rueda de prensa.
¿Te imaginas que pasaría si aplicáramos una estrategia en cada aspecto de nuestras vidas? Tal como el entrenador holandés, con una estrategia previa y planificada, tomaríamos decisiones certeras, que nos brinden resultados óptimos. Al principio nadie nos entendería y más de uno nos juzgaría, pero al final todos aplaudirían.
Y es que con una estrategia cerebralmente concebida por un líder y empleada, espléndidamente, por sus colaboradores, un equipo puede vencer a sus competidores. Esto se aplica en los estudios, la vida diaria y en los negocios. Analizar tu estrategia es el paso determinante hacia los resultados deseados.
El destino de un proyecto comercial o una empresa está sujeto a la estrategia del negocio. La competencia, los clientes y los constantes cambios exigen mayores conocimientos, más observación, mejores prácticas y gran liderazgo, para que el “margen de error” sea mínimo. El éxito de una gestión se resguarda en tomar decisiones estratégicas que encaminen y brinden certeza a la organización.
La estrategia es inspiración, habilidad, ciencia y genialidad que se basa en análisis, creatividad, intuición y experiencia. No hay efecto sin causa. En un solo minuto, se puede cambiar el resultado de un proyecto y lograr la rentabilidad deseada. Todo está en anticiparse, estudiar cuidadosamente todos los recursos con los que se cuenta y utilizar, inteligentemente, el tiempo para aplicar la estrategia en el momento preciso, sorprendiendo a muchos, menos al propio estratega que confía plenamente en su decisión.
En los negocios como en un partido de fútbol, la casualidad no entra en juego. Elige correctamente el campo en el que tus oportunidades se incrementen, automotívate y proyéctate hasta dónde quieres llegar. Recuerda que en la vida, la victoria siempre será para el mejor estratega.
*Este post es una colaboración de Augusto Cáceres Rosell, decano de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte.
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