“El sistema educativo en Canadá estimula la curiosidad”

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Haber tenido la oportunidad de estudiar en Toronto, Canadá, por un semestre académico ha sido la experiencia más gratificante de mi vida. Compartí nuevas visiones, se me abrieron muchas puertas y renové mis metas personales. Lo que más me gustó fue que la universidad tiene claro lo que quiere enseñar, los valores que desea transmitir, para no mencionar que hacen una magnífica labor luchando contra el acoso estudiantil con muchísima publicidad visual.

La Escuela de Ingeniería cuenta con un edificio de forma pentagonal para la Facultad de Software y Tecnología, con laboratorios propios muy bien equipados, así como aulas especiales creadas junto a Samsung Canadá, donde frecuentemente vienen representantes de la misma a mostrar a los estudiantes sus últimos adelantos en la industria. Tuve por ejemplo la oportunidad de probar unos nuevos cascos de realidad virtual, los cuales están ahora bajo desarrollo, pero lo genial en sí es que muestran a los estudiantes desarrollos en etapas tempranas, y no cuando el producto ya está finalizado. También me gustó que los proyectos de los estudiantes de últimos ciclos son 100% reales, e incluso hay empresas que destinan financiamiento para que estudiantes próximos a terminar la carrera puedan realizar un proyecto en un entorno completamente auténtico.

Sin duda alguna, el nivel educativo en Canadá se ha basado más en el propio sistema, el cual desarrolla en el alumno la matriz de todas las materias: la curiosidad.

Por otro lado, la comida es algo que realmente se extraña y que, a su vez, al salir de nuestra tierra convierte a cada peruano en un autonombrado embajador de nuestra cocina.

La sociedad canadiense es muy diversa, abunda la multiculturalidad, así como el respeto mutuo. Nunca me imaginé estar en un paradero de autobuses con cuatro o cinco personas de continentes diferentes esperando el mismo bus, pero es algo singularmente maravilloso. Lo mismo que la nieve, la cual luego de la primera semana te hace desear volver al clima limeño eternamente veraniego.

Sin duda, hacer un intercambio internacional, de ser posible en un país muy distinto al nuestro, con otro idioma y cultura, es una oportunidad que recomiendo a cualquier estudiante en cualquier etapa de su carrera. Tendrán la oportunidad de conocer personas que marcan un antes y un después en tu vida, relaciones que se crean para siempre, así como contactos que inciden favorablemente en nuestra profesión.

*Este post es una colaboración de Emiliano Lam Robles, estudiante de la carrera de Ingeniería de Sistemas Computacionales de la Universidad Privada del Norte.

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