“Un voluntariado es una misión de paz”

testimonio intercambio servicios globales

Soy estudiante de UPN Trujillo y actualmente curso el décimo ciclo de la carrera de Comunicación y Publicidad. Hace ocho meses soy miembro del área de marketing de AIESEC en la misma ciudad y tengo la función de public relations manager. Desde que ingresé me enamoré de la organización, de su misión y su visión. Sin embargo, escuchaba comentarios negativos de jóvenes de mi edad: ¿cómo podía trabajar en una organización sin recibir un sueldo? Esta pregunta la respondí siempre con la misión de AIESEC: buscamos la paz mundial y pleno desarrollo del potencial humano. Y esta fue también la mejor respuesta cuando decidí tomar mi intercambio.

En julio decidí hacer un voluntariado por AIESEC y viajé al sur de Brasil como voluntaria global. A la ciudad de Blumenau, en el estado de Santa Catarina. Siempre es difícil salir de tu zona de confort y aventurarte a explorar y conocer nuevas culturas. Era la primera vez que salía del país y sabía que iba a vivir en casa de una familia, pero debo reconocer que moría de miedo. Sin embargo, cuando bajé del autobús y conocí a mi host André supe que todo iba a ir genial y no me equivoqué. Conocer a Rosane, la mamá de André, fue emocionante porque sabía que ella sería como mi segunda mamá. Poco a poco fui conociendo a los miembros del comité de AIESEC Blumenau y todos ellos son increíbles y llenos de espíritu líder.

Trabajé dos meses en la ONG Lar Bethel, dedicada a la crianza de niños de 0 a 6 años en la modalidad de guardería. Mi primer día ahí fue maravilloso, pues nunca había trabajado con niños y definitivamente ellos ya están en mi corazón de por vida. Durante este periodo, desarrollé un proyecto de marketing con el fin de que la ONG sea más conocida y pueda recaudar más fondos para el cuidado de estos niños. Esto me permitió aplicar muchos de los conocimientos que la universidad me había brindado durante estos cinco años de estudio. El proyecto lo realizamos con un grupo de intercambistas de diferentes países: planificamos una estrategia en redes sociales, creación de una página web y videos institucionales. Una de las personas de las cuáles aprendí mucho fue Edna Gonçalves, la directora de Lar Bethel. Día a día ella velaba por la seguridad de los niños, se preocupaba porque todos tengan lo necesario para desarrollarse y no les falte nada. Buscaba siempre el bienestar de cada miembro de la ONG y eso para mí es admirable. Un ejemplo de liderazgo e interés por el prójimo.

Esta experiencia fue muy gratificante porque conocí culturas de países como Alemania, México, Colombia, Turquía, Italia y Francia. Aprendí mucho de ellos y logré superar satisfactoriamente el obstáculo más grande que tuve: la comunicación. Yo viajé sabiendo portugués; sin embargo, el comité de AIESEC Blumenau brinda clases semanales del idioma. Al principio fue un poco difícil y aún más para los otros voluntarios que solo hablaban inglés, pero poco a poco todo fue mejorando. Algunas veces hacía traducciones de portugués a español e inglés y viceversa. Esto fue muy retador y me permitió descubrir una habilidad desconocida.

Estoy muy agradecida con AIESEC y UPN porque gracias a ellos siento que he crecido profesional y personalmente. Además este viaje me permitió tener una nueva familia y amigos de todo el mundo que nunca olvidaré.

*Este es un testimonio de Threicy Horna, estudiante de la carrera de Comunicación y Publicidad de la Universidad Privada del Norte.

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