El oficio de clown o el lenguaje del alma

Danitza Guerreros Córdova es el nombre de una mujer que decidió darle otro sentido a su vida: dedicarse al oficio de clown.

clown

Profesora de primaria, “mamá gallina” rehabilitada y payaso de emergencia. Así es Danitza Guerreros Córdova, quien un día decidió darle un giro total a su vida y expresar el talento que tenía guardado por tantos años.

“La vida es un constante cambio. Nunca nadie puede ser la misma persona, siempre hay algo que será diferente. La Danitza de hoy, no es la misma de ayer”, refiere mientras busca entre tantos videos su última clase virtual con sus alumnos de primaria del colegio La Merced, en el distrito de Santa Anita. Para ella, haber tomado la decisión de ser clown es haber abierto los ojos, es haber tomado una de las mejores decisiones de su vida.

Su interés por estos seres de nariz roja empezó en el año 2010, cuando servía en la iglesia Camino de Vida. En ese entonces daba charlas matrimoniales y de pareja, junto a su esposo. Siempre había admirado al equipo de clown de su comunidad, hasta que un día decidió intentarlo. “Recuerdo que cada vez que los veía me decía a mí misma: «Ay, ¡qué lindo! ¡Yo también quiero!, quiero estar con los niños», pero cuando ingresé la realidad fue completamente otra”, recuerda.

Danitza se coge el cabello, suelta un gran suspiro y continúa: “La primera tarea fue ir al Hospital del Niño en la avenida Brasil. Recuerdo que empecé bien, sin embargo, de un momento a otro llegaron muchos recuerdos a mi mente, penas a mi corazón, mi niñez…”. Sus recuerdos se interrumpen por el sonido de aviso de carga completa del video que reproduce y me enseña con una enorme sonrisa.

Al paso de los años, el clown ha cobrado mayor vigencia, respeto e importancia en nuestro país. Aquellos que decidieron convertirse en navegantes, los que decidieron subir al barco y manejar ese mismo lenguaje del alma y del corazón, siempre comparan sus inicios, el antes y después de su cambio. Las mejoras que se adquieren al practicar este arte son indiscutibles, los testimonios lo confirman, principalmente si hablamos de Danitza.

“El clown es una herramienta para poder brindar todo lo maravilloso que tenemos, mostrándole a los chicos que la vida se agradece”

Termina el video de la clase que realizó con “sus niños”, así es como le gusta llamarlos, y me cuenta que ser clown no solo le trajo mejoras en su espiritualidad, su autoestima y su familia, sino que también le ha funcionado al aplicarlo a su profesión, como profesora de primaria. La comunicación con sus alumnos cada día mejora y piensa trasladarlo con más fuerza hacia los padres de familia, ya que cree que ellos son la raíz de algún problema que pueda tener algún alumno suyo.

Entonces recuerda que no terminó de contarme su primera experiencia, y se ríe junto a su hija, Angie, que se encuentra en la sala con nosotras. “Esos recuerdos malos en mi cabeza se reflejaron en mi rostro”, evoca. La líder del grupo de clown le dijo que se tomara su tiempo porque necesitaba sanación: «Danitza, no puedes ser clown, primero tienes que sanar tú». En su rostro se nota una expresión nostálgica. Era lo mejor pues entendió que debía sanar a su niño interior.

El clown holístico hace justamente eso, sanar. Llevó terapia psicológica por un tiempo. Poco después se embarazó y encontró trabajo como profesora. En febrero del año pasado retomó el clown de manera continua, aplicándolo como un estilo de vida.

Payaso de emergencia

“Iba acompañando a los doctores payasos de emergencia. En una de las habitaciones había un bebé con meses de nacido, estaba intubado, tenía tubos por la nariz, la boca, los brazos. Y uno dice, ¿acá el payaso qué hace? Entonces el doctor lo agarró y empezó a orar, a aplicar la imposición de manos, sin tocarlo, claro. Es usar la energía que nosotros tenemos para poder ayudar”. Danitza se pone de pie y me hace una demostración. “En ese momento me dije: «yo quiero dedicarme a esto».

Hoy es parte de la comunidad “Payasos de Emergencia – clown humanitario”, en donde a pesar de las limitaciones de la pandemia continúa con las sesiones de manera virtual. Por ejemplo, celebrando algún cumpleaños, evento corporativo, reunión de amigos, o simplemente cuando deseen salir de la monotonía y pasarla bien un rato.  Dice que el clown debe implementarse como un curso permanente en las escuelas, más aún con personas en situación de estrés. Lo ha planteado en el colegio en donde trabaja y está esperando una respuesta.

“El clown es una herramienta para poder brindar todo lo maravilloso que tenemos, mostrándole a los chicos que la vida se agradece. Todos buscamos la felicidad, ¿pero en algún momento nos hemos puesto a pensar qué es para mí la felicidad? Buscamos la felicidad, pero si no sabemos qué estamos buscando nunca la encontraremos”. A Danitza se le desbordan las palabras de alegría, se muestra optimista por lo que ha logrado y por lo puede seguir logrando.

*Este post es una colaboración de Marjorie Ramos Picón, estudiante de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Privada del Norte.

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