Fake news, mentiras disfrazadas y viralización

Aunque millones las dan por ciertas a través de las redes sociales, las fake news suponen por definición contenidos contrarios al periodismo.

Fake news, mentiras disfrazadas y viralización

La consultora Gartner, en su informe de Predicciones Tecnológicas, dio a conocer que en el 2022 consumiremos más noticias falsas y lo peor es que no habrá capacidad ni material ni tecnológica para eliminarlas.

Las fake news nacieron con el objetivo de falsear la información y manipular a los usuarios sin medir las consecuencias, entre ellas incluso dañar la honra de sus víctimas expuestas en titulares.

¿Quién inventó las fake news y hace cuánto tiempo existen? Su origen tiene la misma edad que nuestra propia existencia, sin embargo, su ámbito de influencia cambió y se masificó en redes sociales, convirtiéndose en el alimento de críticas y cuestionamientos.

Para los creadores de fake news, la viralización responde a dos objetivos: generar ingresos a partir del número de visitas y la manipulación de información para alterar los relatos. Internet no califica la buena información y solo valora el número de personas que en su mayoría con un clic asumen hechos falsos como reales.

El consumo diario de noticias y a veces involuntario ha provocado que el consumidor exija la hipermediatez de publicaciones. Esto condiciona la comprobación y profundización de los hechos, pero enaltece contenidos banales.

Así como el cáncer, curarnos de las fake news es imposible por ahora. Está presente y convive con nosotros en la red. Controlar esta enfermedad dependería de la identificación inmediata de este tipo de noticias; sin embargo, no todos son periodistas para evitar su propagación.

Cada vez más los periodistas investigan menos. Hace varios años, las ediciones diarias dependían del análisis de sus progenitores, mientras que hoy la competencia plantea micronoticias o resúmenes informativos que reducen datos y priorizan imágenes.

El cierre de varios medios de comunicación tradicionales o el recorte de su personal depende del auge de las redes sociales y las características que definen su ADN. Cada vez, menos personas consumen noticias en televisión de forma tradicional. Los teléfonos le quitaron protagonismo y asumieron el control no solo de contenidos, sino también de creencias.

*Este post es una colaboración de Martín Alvarado Correa, docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Privada del Norte.

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