Comunicación digital: consejos para mantener bajo control nuestros mensajes

Comunicación digital: consejos para mantener bajo control nuestros mensajes

Vivimos en un mundo cada vez más y mejor conectado. Algunos dirían que, inclusive, hasta mejor informado. Pero ¿es esto cierto?

La información, tal como todos la comprenden, es aquello que vemos, leemos, escuchamos y que proviene de diferentes fuentes, no sólo de las clásicas como los medios de comunicación o las conversaciones presenciales, sino también hoy más que nunca de sus pares virtuales.

Si bien en un proceso de comunicación siempre es necesario el feedbcak o retroinformación del receptor para confirmar que nos entendió, son también componentes importantes a tener en cuenta la intención y contexto de los interlocutores y los ruidos en el proceso, aquellas distracciones o sucesos que pueden impedir que el mensaje sea comprendido.

Así, podemos “leer” o “entender” lo que los mensajes nos dicen conociendo la intención, la realidad del momento, el hecho específico. Y podremos también decodificarlos mejor aunque no de manera exacta, ya que esto es sólo posible en un lenguaje científico.

Sin embargo, la comunicación no siempre es efectiva en sus diferentes formas. En el plano presencial, el doble sentido (intención), factores culturales y otros elementos podrían llevar a que una conversación sencilla se torne en una pelea porque no se comprendió alguna parte del mensaje por lo complejo que es el proceso en sí mismo. Si esto es así en una situación cara a cara, imaginemos lo que pasa en el mundo virtual.

En el mundo virtual, al igual que en el presencial, necesitamos decodificar. Sin embargo, en el reino del pixel es mucho más fácil que cualquier comunicación sea compartimentada, recortada, sacada de contexto, atribuida a otra persona y mil cosas más. En la comunicación digital es difícil conocer los contextos en los cuales se crea la información, la intención muchas veces no queda clara e inclusive el emisor puede ser falso o no existir realmente.

Debido a ello queremos entregar algunos consejos que debemos poner en práctica en el “mundo virtual”:

  • Primero piense en sus objetivos, ya que una vez que cuente con un perfil digital empezará a diseñar su imagen en el mundo virtual.
  • Establezca la plataforma ideal para usted, según los fines que busca en su imagen digital. Cada plataforma está diseñada para un fin y público determinado. Existen plataformas profesionales, académicas, por intereses, un sinfín de opciones. No opte por la que está de moda sin conocerla.
  • No es necesario que “el mundo” conozca todo de usted. Debe aprender según sus objetivos qué información compartir o no, sobre todo la de carácter personal o familiar. Muchas veces no nos damos cuenta del riesgo que significa compartir información sobre dónde estamos, nuestra familia, nuestros amigos.
  • Revise siempre los niveles de seguridad y las opciones que cada plataforma le permite.
  • Pregúntese si la información que va a compartir debe ser de dominio público. Igual que en el mundo presencial, si la información pudiera contener información reservada, no exacta, que sea difícil de comprobar, que no sea un hecho de su propia experiencia o de su propiedad, por favor no la comparta.
  • La confianza en los “grupos” privados es relativa: en los espacios digitales no existen los espacios privados. Si bien podemos formar parte de grupos de chat, Facebook y otros muchos, estos habitualmente son masivos y lo que en estos grupos se comparte puede hacerse público rápidamente porque alguien de dicho grupo lo permite o lo realiza.
  • ¿Confía en la fuente de la información? Si no está seguro de la procedencia de la información es mejor no compartirla, darle “me gusta” o comentarla. Muchas veces esta información es tendenciosa, falsa o tiene fines que no conocemos.
  • Piense bien qué es lo que va a compartir. Como parte de la anterior recomendación, con frecuencia lo que no se dice directamente es más potente que lo que se dice. En el mundo virtual no hay contexto, puede ser atemporal y temporal a la vez, es el yin y el yang. Recuerde que lo que comparte es parte de su perfil para los medios y plataformas que usa, por lo que los motores de búsqueda incluirán en su perfil este tipo de información.
  • Prefiera tener un perfil privado a un perfil público. En la primera opción podrá tener control de quienes usted deja acceder a su información, en la segunda todos pueden acceder a su información. Si bien tener un perfil privado no garantiza con total confianza que la información se mantendrá en privado o que provenga de fuentes confiables, sí minimiza riesgos. Lo mismo si hay opción de etiquetar, señale que sea con aprobación.
  • No acepte a perfiles que no conozca. Asegúrese de que quienes forman parte de sus redes sean personas reales.

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