Telecongreso y parlamentarios cibernéticos

telecongreso y parlamentarios cibernéticos

Es comprensible que los peruanos se indignen cuando se enteran por los medios de prensa que el Congreso de la República ha priorizado la compra de televisores y frigobares por un monto equivalente a 254 mil soles. Indigna, porque el ciudadano de a pie espera -con menudo optimismo- que los parlamentarios se dediquen a legislar y no a avalar la compra de gollerías, coincidentemente cuando estamos en la víspera del Mundial de Rusia, torneo que nuestra selección de fútbol jugará después de treinta y seis años.

También es un exceso la compra de siete computadoras Apple por otro cuarto de millón de soles. ¿Necesitan los señores congresistas tal sofisticación cibernética y, lo peor de todo, con semejante sobre costo?

El Parlamento Nacional ha emitido un comunicado oficial negando rotundamente lo que la mayoría de peruanos ha podido conocer. En su defensa, los congresistas refieren que los electrodomésticos adquiridos son parte del proceso de renovación de equipos del Congreso incluidos en el plan anual de contrataciones, publicado a inicios de este año. Sin embargo, la mala reputación de los -mal llamados- padres de la patria, hace que la población no crea en este argumento. Si los televisores y frigobares tienen una antigüedad de veinte años tampoco importa, y menos justifica el gasto de poco más de un cuarto de millón de soles.

Si en el paquete de compras del Legislativo también se incluye la adquisición de trituradores de papel, deshumecedores de ambiente y dispensadores eléctricos de agua, importa casi nada, porque la percepción ciudadana advierte ahora que los parlamentarios aprobaron estas compras dándose un lujo que una gran mayoría de peruanos no está en condiciones de dárselo.

Aun cuando el Congreso no puede destinar presupuesto a municipios o gobiernos regionales para ejecutar obras, algunos peruanos -desconocedores de las facultades de los poderes del Estado- consideran que sí, y que los 254 mil soles pudieron tener un destino mejor.

Algo que también debió generar indignación en el país, pero pasó desapercibido, fue el archivamiento del proyecto de ley que impedía la reelección de congresistas. Y es que al parecer un solo periodo en el Parlamento no basta para los legisladores. Ellos quieren más, y los que llevan ahí varios años no quieren volver a casa.

*Este post es una colaboración de Elard Sánchez Gamarra, docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Privada del Norte.

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