Interacción en tiempos de social media

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El entorno de la comunicación ha cambiado drásticamente en los últimos 20 años. Muchos señalan que este cambio se debe al desarrollo y masificación de los llamados medios digitales. Pienso que esto es correcto pero el cambio no está en la tecnología, sino en cómo los consumidores/usuarios se apropian de ella y la vuelven parte de sus vidas. Es ahí donde se dan las transformaciones, es ahí donde los procesos de comunicación se han expandido y experimentado un salto cuántico. El efecto que las tecnologías generan en las audiencias es hoy un interesante fenómeno de estudio.

En un mundo en donde la omnipresencia del broadcasting se diluye, son los consumidores, en colaboración recíproca, los que vuelven a fundar las bases de la interacción comunicacional. Vivimos tiempos en que las teorías se reconfiguran rápidamente y la práctica establece las “nuevas verdades”.

Si bien las redes sociales existen desde que se iniciaron las asociaciones sociales, la tecnología ha potenciado su accionar. Los llamados medios sociales o social media, ya no son solamente una extensión de los usuarios, sino muchas veces se convierten en el modo de vivir para las personas. Solo en el año 2016, el 46% de la población mundial tenía acceso a internet (en 2015 fue el 42%), y el 31% de esta población era usuaria de redes sociales[1]; es decir, más de dos mil millones de personas conversando, influenciándose, actuando activamente.

La interacción social hoy, muchas veces, es solo online. El FOMO (Fear of Missing Out) es considerado como el gran temor del siglo, debido al miedo que se siente al no estar conectado con los contactos y con el mundo a través de la red. Esto, unido a un momento social en donde la presencia individual ya no se da en el barrio o en otros ámbitos físicos, sino en las redes sociales, nos da como resultado una sociedad altamente dependiente de su tecnología para construir asociaciones, donde la “oralidad” vuelve con mayor auge convertida en “electronalidad”, tomando como referencia la tesis de Biondi y Zapata al respecto.

A mediados de los años 60, un joven Umberto Eco, en su Apocalípticos e Integrados, nos mostraba las razones de quienes levantaban la bandera de oposición hacia la cultura de masas, que surgía en torno a los medios masivos (mass media). Hoy releyendo Apocalípticos…, las mismas dudas surgen alrededor de los medios digitales.

Sin embargo, ¿por qué nos llama tanto la atención que las personas utilicen las tecnologías a su alcance? Creo que esto se debe a que instintivamente sabemos que son las relaciones sociales, basadas en lo presencial y en nuestra cultura, en la tradición oral, las que han construido la argamasa de lo que llámanos realidad.

Ahora, ¿no son estos temores propios de quienes no somos nativos digitales? Pensemos un momento. Los que nacimos en la “era de la televisión”, ¿dejamos de conversar, leer o interactuar con nuestras familias? Creo que la respuesta es no, ya que surgieron nuevas formas de interacción en los grupos nucleares y amicales. No buenos, no malos, simplemente diferentes. ¿No estaremos frente a una nueva forma de relacionarnos como sociedad, en una sociedad digital? ¿No es que deberíamos empezar a construir nuevas formas de interacción?

Las tecnologías están aquí por creación del hombre y están puestas al servicio y uso que deseemos darle. Recordemos que la escritura y su difusión con la imprenta, fueron una tecnología nueva en algún momento. Los que estudiamos y trabajamos en comunicación debemos empezar a preguntarnos: ¿Cómo hacer que estas tecnologías permitan una mejor difusión (transparente, relevante, oportuna) de los temas que son importantes para una sociedad y para su construcción? ¿Cómo es que dichas tecnologías amplían el acceso de la audiencia a diversas fuentes? ¿Cómo creamos nuevas formas de enseñar/aprender, a usar estas nuevas capacidades tecnológicas – y sus códigos- para generar nuevas formas de interacción?

Las respuestas son complejas y nos remiten a lo que ya hace algunas décadas McLuhan sostenía como el efecto de extensión de lo humano, proyectándose más allá a través de la tecnología. Queda claro que el contenido, su producción y cómo hacemos que ésta sea comprendida correctamente es donde los comunicadores estamos llamados a trabajar, dentro de nuestra nueva realidad.

[1] Estudio We are Social | https://www.slideshare.net/wearesocialsg/digital-in-2016

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