¿Es la creatividad privilegio de algunos?

Todo ser humano es capaz de transformar su ingenio en creatividad, solo hay que impedir crear limitantes que nos prohíban usar estas habilidades.

Todo lo que está a tu alrededor es producto de la creatividad. Aprende a utilizarlo.

¿Trabajas mientras otros duermen? ¿Te aburres o distraes fácilmente en clases? ¿Cuestionas todo lo que ves o escuchas? ¡Buenas noticias! Tienes algunos de los rasgos de las personas altamente creativas. Pero ¿qué es la creatividad y para qué sirve? Vamos a conocer sobre el tema.

La creatividad es una capacidad inherente al ser humano y ha sido, a lo largo de la historia de la humanidad, la principal herramienta de supervivencia de este. Mira a tu alrededor, la ropa que llevas puesta, tu mochila o cartera, lo que llevas dentro, lo que comes y en qué lo estás comiendo, el lugar donde te encuentras, el dispositivo electrónico en el que estás leyendo este artículo.

Todo, todo a tu alrededor es producto de la creatividad. Lo que observas son soluciones que encontró el hombre para poder atender sus necesidades según se iban presentando.

Con creatividad podemos crear soluciones a los problemas cotidianos.

Por lo que, todos los seres humanos somos creativos por naturaleza. Se dice que sin creatividad no hay evolución. Imagina el mundo desde otra perspectiva, sin creatividad. ¿Sería tal cual lo conocemos ahora? Definitivamente, no. Quizá el ser humano se hubiera extinguido hace miles de años sin su capacidad creativa, aquella que le permitió dar solución a los problemas cotidianos.

Según Elsa Punset la creatividad es la capacidad de encontrar soluciones inteligentes a muchos problemas. Efectivamente es así: día a día la vida nos plantea pequeños o grandes conflictos que solucionamos con creatividad.

Sin embargo, algunas personas necesitan de la creatividad como herramienta de trabajo y esto les exige una mayor demanda de soluciones creativas; como en el caso de los artistas, arquitectos, creativos de empresas de publicidad, entre otros.

Y frente a este gran reto, de ser “más creativos” que los demás, ¿cómo hacer para lograrlo? Para esto, es importante tener en cuenta que uno de los rasgos fundamentales en el desarrollo de la creatividad es el pensamiento divergente; término acuñado por Guilford, quien afirmó que este tipo de pensamiento permite encontrar muchas respuestas u oportunidades de desarrollo a una misma situación o problema.

El trabajo en grupo ayuda a formar soluciones creativas.

Este surge de manera espontánea y fluida, en breves lapsos de tiempo y sirve como insumo al pensamiento convergente que es el encargado de analizar, estructurar y organizar esas ideas para ser aplicadas en la solución efectiva de un problema determinado.

Para entender mejor la idea de pensamiento divergente, cuenta la historia que Thomas Alva Edison tuvo 999 ideas antes de inventar la bombilla eléctrica. Es decir, la solución no viene al primer intento. Hubo un proceso que se inició con una “explosión” de ideas, las mismas que fueron analizadas, estructuradas y organizadas de modo tal que permitió la solución al problema.

Entonces, no existen fórmulas mágicas para desarrollar el pensamiento creativo, pero sí es necesario un entrenamiento constante, y con mayor razón si es tu herramienta de trabajo.

Para entender el proceso de generación de ideas, Robert Dilts, un experto en creatividad, analizó la genialidad de Walt Disney y determinó un modelo basado en tres fases:

  • Fase de los sueños, responde a la pregunta: ¿A dónde podemos ir? (este es el momento en el que debes dejar volar tu imaginación, el momento de soñar, de inventar).
  • Fase realista, orientada por la pregunta: ¿Cómo podemos llegar ahí? (es el momento de pensar en cómo lograr el sueño o los sueños planteados en la primera fase).
  • Fase crítica: ¿Se puede llegar? (evalúa los pros y contras del plan). Proceso que se intenta explicar en la siguiente figura:
Investigadores han intentando descifrar los pasos a seguir en el proceso creativo.

Coinciden los investigadores en afirmar que todos tenemos ese potencial creativo. Pero, al llegar a la fase crítica surgen pensamientos limitantes como el temor al fracaso, el miedo a lo desconocido, la resistencia a tener sentido del humor, a jugar, a soñar, a crear (muchas veces influenciada por la apatía y la rutina de la vida adulta). Sin embargo, el primer paso es atreverse a soñar.

¿Y a ti, qué te limita? Desarrolla tus habilidades y sé parte de la generación que ya está cambiando el mundo.

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