Incertidumbre empresarial en encuesta de Ipsos Perú

Tradicionalmente los años preelectorales provocan el desconcierto de los agentes económicos. En general, los gobiernos salientes eluden acciones que vayan más allá del corto plazo, en parte, aducen, porque quieren dejar la casa en orden a la próxima gestión, pero también porque esperan llegar con un nivel de popularidad que permita mantenerse vigente a la agrupación política de la que proceden.

Nada de esto parece ser distinto en el gobierno de Ollanta Humala. Por el contrario, de acuerdo a la XI Encuesta Anual de Gerentes Generales que realiza Ipsos Perú, el ánimo empresarial parece estar en uno de los puntos más bajos de los últimos quinquenios.

En una proporción significativa, la preocupación de los ejecutivos deriva de los conflictos sociales, la inseguridad ciudadana, la corrupción (en especial la de los gobiernos regionales y municipales) y por cierto las elecciones presidenciales y parlamentarias del año entrante. Para la mayoría de ellos, es poco lo que se puede esperar de la administración actual para resolver esta problemática.

Producto de los conflictos en zonas mineras y de la escasa acción estatal para llevar adelante una negociación efectiva, algunos analistas estiman que hay alrededor de US$ 70,000 millones paralizados en inversiones. El clima de violencia en torno a las operaciones extractivas es en opinión de los empresarios uno de los mayores obstáculos. Cabe decir, sin embargo, que la caída del precio de los commodities es otra de las razones por las que la actividad minera ha decrecido en los últimos tiempos.

Detrás de los conflictos sociales, los ejecutivos mencionan la expansión de la delincuencia  y la corrupción como otros de los factores que desalientan la inversión. Es evidente que estos problemas la dificultan y vuelven incierta, encareciendo los costos de operaciones y restando predictibilidad al clima de negocios. Señalan que la extorsión se ha tornado una práctica común que llega a cada vez más lugares del país, y a ella va unido el crecimiento de otra actividad delictiva: el sicariato. Hoy en día la delincuencia no discrimina prácticamente ninguna región del país.

Frente al tema del crimen organizado, los directivos sostienen que la reacción de las instancias públicas resulta igualmente insuficiente.

Finalmente, la inminente campaña electoral de cara a los comicios de abril de 2016 es otro elemento que necesariamente genera perturbaciones. Aún más en un país de proverbial precariedad institucional y en donde el caudillismo, bajo la figura moderna de los outsiders, sigue ejerciendo un gran atractivo en la población.

Concluye el informe de Ipsos Perú que ad portas de las elecciones del próximo año, los gerentes aún no tienen claro quién ocupará Palacio de Gobierno, algo difícil de predecir debido a la variedad de candidatos y la falta de partidos políticos consolidados. La actual desaceleración económica incrementará el riesgo de esta incertidumbre.

Fuentes:

https://elcomercio.pe/politica/actualidad/soto-hay-us70-mil-mlls-inversion-minera-paralizada-noticia-1823604
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