Se entiende que las organizaciones modernas propician culturas y estilos participativos. Entornos en los cuales las ideas son bienvenidas y, mejor aún, llevadas a la práctica. Sin embargo, por razones diversas las propuestas innovadoras muchas veces son desestimadas o dejadas de lado provocando la frustración de quienes las conciben.
Haciendo acopio de resiliencia, la recomendación de fondo es perseverar. Jurgen Wolff, colaborador de Management Issues, sostiene que “a menudo los directivos invitan a aportar ideas frescas, pero una vez que las tienen entre manos parecieran asustarse”. Wolff enumera los motivos por los que ciertos ejecutivos podrían temer la innovación:
– “Esta cuestión podría fallar y me llamarán la atención. Mejor juego a lo seguro”.
– “Si esto es tan maravilloso, ¿por qué todavía no se ha puesto en práctica?”.
– “Tomo la idea, pero la gente de marketing no lo hará”.
– “Tomo la idea, pero mis clientes no lo harán”.
– “Si procedemos como hicimos con la idea del año pasado, podríamos tener éxito”.
– “Dejaré la idea a un nivel ligeramente innovador. De esta manera demostraré que soy creativo pero no voy más allá”.
Frente a estos prejuicios, Wolff recomienda estrategias que harán posible que aquellas ideas que surgen del ánimo de añadir valor a la organización sean reconocidas y admitidas.
Vaya hacia arriba. Procure presentar sus ideas a la persona que tenga el mayor poder de decisión. Si tiene que sortear cuatro o cinco instancias antes de que su idea sea aceptada, lo más probable es que el proceso sea retardado o su idea modificada desvirtuando muchas veces la original.
Relacione. Compare su propuesta con aquellas que hayan tenido éxito. Estas son las fórmulas que golpean. Se trata de que converja, como en el cine, una película exitosa con otra que lo ha sido anteriormente.
Involúcrese. Procure vender su idea con prontitud. Si le ofrecieran incluso alguna modificación, acéptela, agradezca y empiece a utilizar términos como “nosotros” y “nuestro”.
Anticípese. Piense en las objeciones que podrían hacerle y genere las estrategias para rebatirlas. Asuma que la persona que lo escuchará está bien informada.
Reafirme. Si fuera posible, muestre que a alguien más le gusta la idea o quisiera tener la oportunidad de realizarla. No utilice el recurso genérico de que su idea le encanta a todos.
No se rinda. Si siente pasión por un proyecto que no ha encontrado aceptación en el pasado, considere que muchas de las estrategias mencionadas le permitirán obtener resultados diferentes en el futuro.
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