El rezago a nivel de infraestructura continúa siendo uno de los mayores problemas de nuestro país. Con frecuencia se piensa que las obras civiles benefician únicamente a las empresas que intervienen en ellas, perdiéndose de vista que el desarrollo de infraestructura tiene esencialmente un impacto en las poblaciones de mayores carencias, que gracias al tendido de agua y electricidad o la construcción de una carretera, una escuela o una posta médica logran mejorar su calidad de vida.
Pero además la construcción de infraestructura eleva nuestra competitividad y productividad, indicadores en los que también andamos a la zaga. En consecuencia, cerrar nuestra brecha de infraestructura –estimada por la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN) en US$ 80,000 millones- debería constituirse en una política de Estado del gobierno saliente y de los próximos, pues estamos ante objetivos de medio y largo plazo.
En un artículo de marzo de 2014 (The trillion dollar gap), The Economist hablaba de la urgencia de financiar el cierre de esta brecha alrededor del mundo. Tomando las pautas de la publicación británica, Lampadia.com plantea los pasos para que, en un periodo de siete años, el Perú pueda acortar significativamente nuestro desfase en infraestructura. El detalle a continuación.
– Establecer un plazo de siete años para invertir US$ 80,000 millones (a razón de unos US$ 12,000 millones anuales) en los más importantes proyectos de infraestructura.
– Aplicar en estas inversiones mecanismos de Asociaciones Público Privadas (APP).
– Promover la participación del sector privado, peruano y extranjero, incluyendo a las administradoras de fondos de pensiones locales (AFP´s), hasta por tres cuartas partes del total, US$ 60,000 millones.
– Fijar la participación del Estado en US$ 20,000 millones (10% de nuestro PBI).
– El Estado podría financiar su participación emitiendo deuda pública a 30 años mediante “Bonos de Infraestructuras” (como los califica The Economist).
– Convocar al Banco Mundial, FMI, BID y CAF, para que en conjunto acompañen al Perú en el diseño, monitoreo, promoción y financiamiento de un Fondo de Inversión en Infraestructura. Asimismo, deberían ajustar la contabilidad fiscal y participar en la ejecución del plan.
– Crear una autoridad pública autónoma que gobierne este plan de inversiones con un manejo estrictamente profesional.
– Convocar licitaciones internacionales para cada proyecto específico, mediante APP, para otorgar concesiones de hasta 30 años.
– Este esquema podría ser un plan piloto para que las instituciones multilaterales promuevan el financiamiento de las brechas de infraestructura.
– El repago de los Bonos de Infraestructuras a su vencimiento será asumido por los concesionarios, sustituyendo al Estado.
– Los concesionarios depositarán anualmente los montos que se establezcan, para el repago de los bonos. Los depósitos se harían en un fideicomiso del Banco Mundial, propiedad del Estado peruano, pero solo aplicaría a la cancelación de los bonos. El rendimiento del fideicomiso sería de libre disponibilidad del Estado.
Las ideas están dadas y sería conveniente que las diferentes instancias de gobierno (a nivel central, regional y municipal) tomen nota de ellas y se comprometan a implementarlas con la rapidez y los mecanismos que cierren el paso a la corrupción. Dejar que el tiempo corra sólo hará inmanejable nuestro desfase.
Fuentes:
http://www.lampadia.com/analisis/politica/las-propuestas-de-lampadia/
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