“Jamás se debe poner los huevos en una misma canasta”, es un dicho con carácter de axioma que todo inversionista debe tener presente. La razón es clara: al diversificar tu portafolio en diferentes activos o instrumentos, reduces el riesgo de invertir en un mercado de valores cuya volatilidad es constante.
Las inversiones pueden diversificarse en activos que van desde los metales (oro y plata), pasando por commodities como café, maíz, trigo y otras materias primas, hasta bienes raíces, acciones, índices, fondos de inversión y deuda gubernamental, corporativa y de bancos. Las inversiones también pueden diversificarse en corto, mediano y largo plazo y en activos nacionales y extranjeros.
Existen tantas combinaciones como personas hay en el mundo, pero la construcción de un portafolio dependerá de la edad del inversionista, los ingresos con que cuente, su aversión al riesgo y su perspectiva a futuro, señalan expertos en un artículo de CNN Expansión.
La edad del inversionista es una variable que determina el riesgo a tomar. Si es una persona joven, por ejemplo, el portafolio podrá admitir una combinación de 70% en acciones, 10% en oro y 20% en deuda. Pero si se tratara de una persona de más de 60 años esta lógica se invierte, según los expertos. Lo usual es que, a mayor expectativa de vida, mayores riesgos, en tanto que a partir de cierta edad los riesgos deben ser calculados.
Los especialistas bursátiles recomiendan asimismo que un portafolio contenga acciones de mercados emergentes, europeos y desarrollados, siempre bajo la premisa de diversificación. Otra combinación sugerida por Juan Carlos Pelayo, director de Allianz Fóndika de México, es la de fondos de inversión de deuda a corto, mediano y largo plazo pero con una porción en acciones, de modo que se genere un rendimiento superior a la inflación.
Los expertos concluyen con cuatro recomendaciones clave para quienes quieran iniciarse en la inversión en acciones, a saber:
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