Derechos de parto y nacimiento

El parto y el nacimiento son trascendentes en la vida de todo ser humano, no solo desde el punto de vista biológico sino también sociocultural y emocional. En nuestro país muchos servicios de salud públicos no ofrecen aún las condiciones físicas para facilitar la participación de la familia o acompañante en esos momentos, como recomienda la OMS.

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Sin embargo, es importante reflexionar sobre los derechos de las usuarias en los servicios de salud y el rol que nos compete a todos, como ciudadanos, docentes, estudiantes y gestores de la salud, en el cumplimiento de estas normas, que finalmente contribuirán a la salud integral de la madre y la de su bebé, así como a la integración familiar, pues como dice Michael Odent, “si cambiamos la forma de nacer, cambiaremos la forma de vivir”.

En este contexto los usuarios tienen derechos, según la Ley General de Salud Nº 26842, que devienen de nuestra Constitución, en tanto toda persona tiene derecho a la vida y la salud:

  • Al respeto de su personalidad, dignidad e intimidad. A sus creencias, valores y actitudes propias de su cultura: en un país con tanta diversidad cultural y lingüística ello es sumamente importante.
  • A recibir trato respetuoso y de calidad por personal competente y especializado,
  • A tomar decisiones relacionadas con su tratamiento, basadas en una explicación clara de su condición y las alternativas de tratamiento.
  • A acceso imparcial al tratamiento, no solo físico sino también cultural, independientemente del lugar donde se encuentre.
  • A rehusarse a recibir tratamiento luego de haber recibido información sobre el mismo.
  • A que se le brinde información veraz, oportuna y completa sobre las características del servicio.
  • A no ser discriminado en razón de cualquier enfermedad o padecimiento que le afectara.

Por otro lado, la Declaración de Ceará- Fortaleza-Brasil, 2000 también avala lo mencionado. Nos habla de la “humanización como concepto central para el desarrollo de las sociedades”.

  • Derecho a una atención humanizada, a un trato digno y respetuoso de su cuerpo, respetando su privacidad.
  • Derecho a ser tratada y atendida por los servicios de Salud integralmente. Los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo la emergencia gíneco obstétrica, deben diseñarse respetando y considerando la cultura y costumbres de la población al igual que las casas de espera materna.
  • Derecho a una maternidad feliz, acompañada, deseada. Se debe promover la participación de la pareja en el prenatal desde antes de la concepció
  • Derechos a servicios y programas integrales de salud que respondan a sus necesidades especiales y particulares.
  • Derecho a asumir las posiciones que desee en su trabajo de parto y periodo expulsivo. Ello ha sido considerado en la Guía Nacional de Parto Vertical con adecuación cultural del MINSA [i], la Guía Nacional de salud sexual y reproductiva y guías de atención materno perinatal. Sabemos de los innumerables beneficios de esta posición para ambos [ii] [iii], que a su vez facilita un mejor control del cuerpo de la mujer y por ello un mejor manejo de la situación.
  • Derecho a tener un contacto precoz con su bebé y al apego, por sus beneficios para la salud de la madre y el recién nacido, que debe tener una duración aproximada de 30 a 40 minutos como mínimo. En algunas zonas urbanas de áreas públicas y privadas esto aún no es valorado.

A su vez, los planes de promoción de la salud, como las actividades educativas, deben conocer y considerar la cosmovisión de la comunidad donde se trabaja, y ser elaborados con sus líderes, incluyendo a sus agentes tradicionales reconocidos y un enfoque de atención primaria de la salud (APS). De igual forma la evaluación de los planes y normas deben hacerse en forma conjunta, lo cual implica competencia intercultural de todos los integrantes del equipo de salud. De esta forma lograremos servicios de salud más accesibles y aceptables.

Debemos recordar que la usuaria de un servicio de salud al igual que su bebé y su familia son sujetos de derecho y “no objetos”. Los protagonistas principales en un parto son la madre, el bebé por nacer y el padre o acompañante, cada uno de ellos con una intuición y conocimiento ancestral que debemos procurar revalorar en todo momento, contribuyendo así a fortalecer su autoestima como seres particulares e integrales.

Finalmente, cuando actuamos consecuentes a ello, la labor permite desarrollar toda nuestra creatividad, amor y empatía, volviéndose mucho más placentera (a pesar de las condiciones), siendo partícipes más activos. Así, al gran honor de acompañar activamente un momento tan íntimo y personal para todo ser humano como lo es el parto y nacimiento. Por ello nos toca a todos respetar y hacer respetar estos derechos.

*Este post es una colaboración de Cidanelia Salas Llerena, docente de la carrera de Obstetricia de la Universidad Privada del Norte. 

[i] Norma Técnica para la atención de parto vertical con adecuación intercultural (NT N° 33 MINSA /DGSP-V01) Ministerio de Salud Dirección General de Salud de las Personas. Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Sexual y Reproductiva Lima Ministerio de Salud 2005.

[ii] Calderón rev per ginecol obstet. 2008;54:49-57, -10

iii Calvo Aguilar O1, Flores Romero AL, Morales García VE.Comparison obstetric and perinatal results of childbirth vertical position vs. childbirth supine position. Ginecol Obstet Mex. 2013 Jan;81(1):1

iiii Gupta JK1, Hofmeyr GJ, Shehmar M..Position in the second stage of labour for women without epidural anaesthesia. Cochrane Database Syst Rev. 2012 May 16;5:CD002006. doi: 10.1002/14651858.CD002006. pub3.

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