Un cinéfilo y diez directores inolvidables

un cinéfilo y diez directores inolvidables

Probablemente una de las más difíciles decisiones para un aficionado al cine es hacer la típica lista de los diez directores que más le hayan impresionado y en buena cuenta cambiaron su vida respecto al séptimo arte. Es una decisión difícil, porque naturalmente no son diez, ni veinte, sino muchos más. Les comparto mi lista:

  1. Martin Scorsese

Su película Taxi driver (1976) es un fiel retrato de la violencia social que puede transformar a un inofensivo taxista en un asesino despiadado. Travis, el personaje que interpreta Robert De Niro con maestría, podría eventualmente encajar en cualquier urbe moderna. La escena en la cual Travis, en pleno cambio de personalidad, mira la televisión con el arma en la mano mientras se oye la canción “Late for the sky” de Jackson Browne es simplemente inolvidable.

 

  1. Luis Buñuel

Maestro del surrealismo, el director español realizó Belle de jour (Bella de día, 1967) y presenta a la actriz Catherine Deneuve en el papel de Severine, una fiel y dulce esposa durante el día, mientras que en la noche cambia de vida convirtiéndose en una prostituta. Buñuel no pudo elegir mejor actriz para tal papel. La muestra una y otra vez de los pies a la cabeza, como para fijar la imagen total de su belleza en la mente del espectador, convirtiéndola en una obsesión.

 

  1. Stanley Kubrick

Siempre fue un director extraño de quien se dice recibió favores del gobierno norteamericano a cambio de realizar un falso video de la llegada del hombre a la luna. Información no confirmada, pero que por lo menos intenta explicar las facilidades que tuvo Kubrick para realizar ambiciosos proyectos cinematográficos. Entre ellos, sobresale la adaptación de la novela de Stephen King The Shining (El resplandor, 1980). Kubrick demuestra con habilidad que no hace falta abusar de la sangre para hacer la película más terrorífica de todos los tiempos.

 

  1. Federico Fellini

Federico Fellini realizó sus primeros trabajos en pleno auge del Neorrealismo en Italia, pero fue años después que logró consolidar un estilo único que se conoce como “Felliniano”; es decir, llamativo, estrambótico, excesivo, egocéntrico y surrealista entre otros términos. Fellini se deja llevar por su alocada imaginación y siempre se muestra a sí mismo en sus películas, a través de su actor fetiche Marcello Mastroiani, su alter ego en una de sus más grandes obras, Otto e mezzo (Ocho y medio, 1963). La simple historia de un cineasta que atraviesa una crisis creativa se convierte en un deleite para los ojos, a través de imágenes surrealistas bellamente acompañadas de la música de Nino Rotta, uno de los grandes músicos de la historia del cine y amigo íntimo de Fellini.

 

  1. Alejandro Jodorowsky

Director, escritor, actor, místico. El chileno Alejandro Jodorowsky es un artista multifacético y entre sus más grandes habilidades está la de realizar un cine surrealista, visualmente único. Su obra magistral El topo (1970) es una película experimental que puede catalogarse como western, surrealista, filosófico y religioso.

 

  1. Pier Paolo Pasolini

Uno de los directores más controvertidos y polémicos de la historia, el italiano Pier Paolo Pasolini dejó, antes de ser asesinado por sus ideas políticas, películas tan bellas estéticamente como escandalosas y provocadoras. De estas, quizás Salo o le 120 giornate di Sodoma (Saló o los 120 días de Sodoma, 1975) sea la más desagradable y grotesca película que se haya hecho; sin embargo, a pesar de formar parte de la “Trilogía de la muerte” del director (que felizmente no llegó a terminar) mantiene una magnífica composición y cuidado por la estética.

 

  1. Ingmar Bergman

Para entender el cine de Bergman hay que tener en cuenta su formación teatral. Fue dramaturgo antes que cineasta y esto puede apreciarse en sus películas en donde los diálogos entre los personajes se imponen en largas escenas que pueden aburrir al cinéfilo menos experimentado. Su primera obra maestra, Det sjunde inseglet (El séptimo sello, 1957), ya cuestionaba temas tan importantes como la muerte y la existencia de Dios. Sin embargo, en Nattvardgästerna (Los comulgantes, 1962) la duda del cineasta va más allá al presentar a un pastor protestante incapaz de transmitir el mensaje a sus fieles seguidores, lo que le producirá una profunda crisis interna y lo hará cuestionar a Dios y a la fe.

https://youtu.be/GqxOvBqo2J8

 

  1. Jean Luc Godard

Junto a Francois Truffaut, Godard es la personificación de la Nouvelle Vague francesa de los años 50 y 60 y su cine renovador. Consagrado con A bout de souffle (Sin aliento, 1960) y Une femme est une femme (Una mujer es una mujer, 1961), recibe apoyo de Hollywood para realizar Le mepris (El desprecio, 1963), con la sex symbol Briggitte Bardot. Basándose en la novela homónima de Alberto Moravia, Godard volcará su propio conflicto matrimonial en esta fascinante tragedia en tres actos. La escena inicial en la que Camile y su esposo yacen en la cama preguntándose si se gustan mientras se oye un hermoso tema de cuerdas y el color de la imagen vira de azul a rojo de improviso demuestra que estamos ante un drama experimental único.

 

  1. John Ford

Ícono de la época dorada del cine norteamericano, genio realizador de magníficos westerns protagonizados por su actor fetiche John Wayne, Ford fue un director prolífico que abarcó diferentes géneros. Una de sus obras fundamentales es la notable adaptación de la novela de John Steinbeck The grapes of wrath (Las uvas de la ira, 1940), contando con Henry Fonda como actor principal. La película muestra una visión inmejorable de la dura crisis norteamericana de los años treinta, en la cual muchos pobladores dejaron sus tierras buscando la “tierra prometida” (en este caso, California). Luego de pasar innumerables desgracias en la película, el protagonista Tom Joad (Peter Fonda) se despide de su madre por última vez diciéndole “…Allí donde haya alguien luchando por asentarse en un lugar, o por un trabajo decente o una mano amiga, allá donde haya alguien que luche por la libertad, mira en sus ojos mamá porque allí estaré yo.”

 

  1. Wes Anderson

El último y más joven de esta lista, pero tan importante para mí como los demás. En películas como Rushmore (1998) y The Royal Tenenbaums (2001) ya había notado su obsesión por la composición visual y el valor gráfico de cada encuadre. Pero Moonrise Kingdom (2012) es un prodigio fotográfico de absoluta composición simétrica, combinación perfecta de luz, color y sonido, además de contar una historia sencilla con actores de primer nivel que mantienen el interés del espectador. Los protagonistas, dos niños que han escapado de sus padres para declararse su amor en una playa solitaria, escuchan en un tocadiscos la canción “Le temps de lamour” de Francoise Hardy. Moonrise Kingdom es una película de estos tiempos como para volver a enamorarse del cine.

https://youtu.be/gfBPjbvr1BU

 

*Este post es una colaboración de Néstor Rivera-Gutiérrez, docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Privada del Norte.

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