El rol de la comunicación en los agronegocios

Durante los últimos tiempos se incrementa la tendencia por el consumo de alimentos ideales. La combinación de alimentos de conveniencia (preparados), alimentos de placer (atractivos) y alimentos de salud (saludables), conlleva a que países como el nuestro puedan aprovechar la coyuntura para determinar el sector económico agrícola como uno de los ejes de desarrollo sostenible del país en base a un tridente innovador: agricultura, turismo y gastronomía, para lo cual es necesario crear proyectos inclusivos con una estrategia de intervención clara.

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Es en este punto donde profesionales relacionados a la comunicación deben socializar la lógica de intervención de los proyectos mediante planes de comunicación integral, que involucren a productores agropecuarios, empresas privadas, la academia y entidades públicas.

El entorno del comercio global muestra diversas oportunidades para el Perú, sobre todo si consideramos la firma de varios tratados de libre comercio, teniendo entre nuestros principales socios comerciales a Estados Unidos, la Unión Europea y China. Esto demanda la disposición de productos competitivos que cumplan con las exigencias de calidad y precio, además de productos que aprovechen ventanas comerciales; es decir, que ingresen a los mercados cuando otros países productores no puedan hacerlo, básicamente por sus condiciones agroclimáticas adversas.

El Perú es un país megadiverso que posee 84 de las 117 zonas de vida reconocidas en el mundo, 28 de los 32 tipos de clima que existen en la Tierra, así como zonas de producción y ecosistemas productivos que garantizan una variedad impresionante de especies de fauna y flora, muchas de ellas aún desconocidas por la ciencia. Contamos también con un extraordinario potencial en recursos naturales, diversidad biológica y recursos genéticos, 8 millones de hectáreas de tierras fértiles, que presentan las condiciones agroecológicas y una gran diversidad de pisos ecológicos con la ventaja de poder cultivar prácticamente durante todo el año.

Si bien el potencial que ofrece nuestra riqueza natural es impresionante, es todavía muy poco lo que se ha hecho por aprovechar estas ventajas comparativas. Sin embargo, las tendencias antes mencionadas a nivel mundial consideran prioritarias la búsqueda de alimentos saludables y nutritivos. Es así como aparecen nuevas oportunidades de negocio para posicionarse en mercados verdes de alimentos funcionales, nutracéuticos, cosmeceúticos, productos orgánicos e insumos exclusivos considerados gourmet.

La agricultura en el Perú ha pasado por acontecimientos desastrosos, como el fallido intento de socializar la agricultura con la reforma agraria, que solo trajo consigo el deterioro del campo y por ende el aumento de la pobreza en zonas rurales de sierra y selva. Ante ello, en la actualidad se tiene que actuar de forma estratégica diferenciada según las condiciones presentes en los territorios, ya que contamos con gran, mediana y pequeña agricultura, caracterizadas por la extensión y posesión de los terrenos agrícolas.

En la costa se está desarrollando la gran agricultura, con la ejecución de megaproyectos de irrigación: Olmos en Lambayeque (27,000 hectáreas), Majes – Siguas segunda etapa en Arequipa (38,000 hectáreas) y Alto Piura (15,000 hectáreas), que buscan competitividad y economías de escala al instalar grandes extensiones de cultivos con potencial de mercado, como espárrago, palta, mango, uva, alcachofa, capsicum, caña de azúcar, entre otros.

Está latente la discusión sobre cómo se debería realizar la venta de estas tierras (Olmos licita a US$ 400 la hectárea con un mínimo de 1000 hectáreas, con lo cual es lógico asumir que las grandes empresas se atribuirán estas tierras). Sin embargo, desde mi punto de vista esto no genera ningún problema, ya que nuestra actual presencia en el mercado internacional es justamente gracias a iniciativas privadas de grandes empresas ubicadas en Chavimochic, con el famoso caso del espárrago. En cambio podemos mencionar el caso de Majes – Siguas primera etapa, donde se realizaron ventas de pocas hectáreas que hoy en día no generan mayor impacto económico y social para nuestro país.

En ciertas zonas de la costa, sierra y selva se viene desarrollando la mediana agricultura, básicamente por iniciativas privadas de empresarios conjuntamente con agricultores, que aprovechan oportunidades de mercados nicho, con productos naturales y orgánicos como café orgánico, mango orgánico, plátano orgánico, aguaymanto, granada, chirimoya, tara, entre muchos otros.

Dinamizar la pequeña agricultura es el más grande desafío en la actualidad, ya que por sus condiciones de poca tenencia de terrenos, sin títulos de propiedad, con bajo nivel tecnológico, con deficiente infraestructura vial y con agricultores con débil visión hacia los negocios, aún no se tiene la estrategia adecuada que vincule a estos pequeños agricultores con las oportunidades de mercado. Esta estrategia tiene que pasar por temas claves como:

Asociatividad: Que debe nacer por las necesidades y oportunidades de mercado; es decir, no es necesario exigir a los productores organizarse por el simple hecho de apoyarlos o presentarles propuestas de apalancamiento de recursos económicos, sin antes verificar realmente cuáles son los objetivos y necesidades que tienen los productores por organizarse. La asociatividad es la única forma de ser competitivos en la pequeña agricultura, ya que se podría tener los volúmenes adecuados para comercializar y por ende algo de poder de negociación frente a las empresas y proveedores de insumos.

Promoción del mercado local: No todo lo que se produce en el país debe ser pensado para la exportación. Las dinámicas comerciales de los mercados mayoristas de Lima son por ejemplo muy interesantes y una gran oportunidad para que los pequeños productores organizados coloquen sus productos.

La gastronomía: Sobra mencionar el potencial gastronómico que tenemos a nivel mundial, pero es necesario centrarnos en la oportunidad que significa para nuestros pequeños productores, ya que podríamos comercializar productos singulares propios de las diversas regiones del país y enriquecer la diversidad gastronómica: papas nativas, quinua, kiwicha, tarwi, entre muchos otros.

En suma, para acceder a mercados nacionales e internacionales se requiere de un gran esfuerzo consensuado de instituciones del estado, organizaciones no gubernamentales, empresas privadas y productores organizados, quienes a partir de un plan de comunicación eficaz promuevan un desarrollo sostenible del país  

*Este post es una colaboración de Milton Yonel Cruzado García, docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Privada del Norte.

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